La ciberdependencia en la primera infancia afecta el desarrollo cerebral
La Academia Americana de Pediatría recomienda evitar el uso de pantallas en niños menores de dos años.
Según la UNESCO, la primera infancia va del nacimiento a los ocho años de edad y constituye un momento único del crecimiento, en el que el cerebro se desarrolla notablemente.
La ciberdependencia es un síndrome que llegó junto con el auge de la tecnología. En la actualidad, las personas empiezan a padecerlo a más temprana edad. La preocupación de pediatras, cuidadores, padres y madres de familia se centra en los niños entre los 0 y los 8 años quienes casi desde su nacimiento tienen contacto con pantallas e internet con fines recreativos, lo que termina afectando su desarrollo. Prevenir este tipo de afectaciones es el objetivo de organizaciones gubernamentales y privadas que adelantan programas que brindan herramientas a la sociedad para que conozcan y eviten caer en los peligros de Internet.
El neurocientífico francés Michel Desmurget realizó una extensa investigación respecto al tema, la cual resume en su libro "La fábrica de cretinos digitales". Allí afirma que los nativos digitales, es decir, las personas que nacen rodeadas e interactuando con las nuevas tecnologías y el uso de dispositivos como computadoras, videojuegos, cámaras de video, celulares, entre otros, son la primera generación en la historia con un coeficiente intelectual (IQ) más bajo que el de sus padres.
Desmurget explica en su libro que estudios han demostrado que cuando aumenta el uso de la televisión o los videojuegos, el coeficiente intelectual y el desarrollo cognitivo podrían disminuir, porque se ven afectados: el lenguaje, la concentración, la memoria, y la forma de interactuar con el mundo, estos son los principales fundamentos de nuestra inteligencia.
El libro "La fábrica de cretinos digitales" también revela que se hizo un experimento en donde a 100 niños se les pidió memorizar una lista de palabras, 60 minutos después de memorizarlas, a un grupo se le solicitó jugar videojuegos durante dos horas y después ir a dormir, al otro grupo hacer actividades diferentes y después, descansar. A la mañana siguiente, los niños que no jugaron recordaban alrededor del 80% de las palabras, en cambio, los que tuvieron acceso a videojuegos, solo podían recordar un promedio del 50% de las palabras.
A pesar de las consecuencias negativas que trae para el desarrollo psicomotor de niños y niñas el uso de pantallas, permitir su uso, en ocasiones, es “la salida fácil” que encuentran los cuidadores para entretenerlos o calmar las pataletas; sin embargo, esta acción puede tener efectos negativos a futuro, pues se debe evitar el uso de la tecnología como un estabilizador emocional, porque no se le está enseñando al niño la forma de controlar sus emociones y por el contrario se fomenta el uso de la tecnología para sentirse tranquilo, lo que puede empezar a desencadenar una ciberdependencia.
Limitar el uso de tiempo en pantallas es fundamental para evitar que interfiera con el desarrollo de los niños. La Academia Americana de Pediatría recomienda las siguientes horas de uso de dispositivos según la edad:
De cero a 2 años: no se recomienda el uso de pantallas.
De 2 a 5 años: Entre 30 y 60 minutos al día.
De 5 a 7 años: 1 hora u hora y 30 minutos máximo.
Juliana Sánchez, experta en psicología infantil, recomienda que estos períodos de tiempo se dividan durante el día y no se tomen de forma continua.
A pesar de que esos son los horarios recomendados, Michel Desmurget describe en su investigación que, en promedio, un niño o niña de dos años pasa casi tres horas al día usando dispositivos; y niños entre los 5 y 7 años un promedio de cinco horas.
“Esto significa que antes de llegar a los 18 años, nuestros hijos habrán pasado el equivalente a 30 años escolares frente a pantallas recreativas”, Michel Desmurget.
Los cuidadores deben conocer alternativas para no ofrecer a los niños y niñas el uso de dispositivos móviles como opción de entretenimiento. Frente a esto, la psicóloga infantil Juliana Sánchez recomienda: “Hay que buscar otras actividades que podrían reemplazar el uso de celulares, como, por ejemplo, aquellas en donde los niños y niñas deben fijar su atención y concentración por un período de tiempo, armar rompecabezas, jugar con fichas de encaje o colorear, son algunas de las alternativas que los niños pueden hacer de forma autónoma y no requiere de un adulto para llevarlas a cabo. Sin embargo, hay que resaltar que estas actividades evitan que el niño esté usando pantallas, pero la supervisión por parte de los cuidadores debe ser constante, sobre todo entre los o y los 5 años”.
El llamado es claro: educar a los niños en el uso responsable de la tecnología es una inversión en su bienestar y éxito futuro. CiberPaz sensibiliza a las personas sobre los riesgos digitales y promueve que los colombianos, desde temprana edad, conozcan y defiendan sus derechos digitales. Formar una generación que vea la tecnología como una herramienta de crecimiento, y no de dependencia, es clave para construir una ciudadanía digital informada y empoderada.